Fue uno de los espíritus más hondos y polifacéticos
de la historia de la humanidad. Filósofo profundo, lógico, matemático,
científico, especialista en leyes, historia, lingüística, teología;
fue además el trabajador incansable de la reconciliación religiosa y política
en la Europa de su tiempo, resquebrajada en tantos sentidos.
Nació en Leipzig, Alemania, en 1646, donde se formó
inicialmente en la biblioteca de su padre y luego en la universidad de su
ciudad. Estudió Derecho y después se interesó especialmente por las
matemáticas y la metafísica, siendo uno de sus ideales espirituales
realizar una síntesis metodológica
que permitiera tratar con métodos matemáticos todo el campo del
conocimiento, siguiendo en este punto, como él mismo afirma, las huellas
de Ramón Llul. Se colocó al servicio del príncipe de Maguncia,
comenzando así su carrera como político que simultaneó con multitud de
investigaciones de la naturaleza más diversa.
Pocos científicos habrán sido capaces de compaginar una vida tan activa
con una profundidad de pensamiento como la que revela en sus escritos. Al
servicio del duque de Hannover, Leibniz recorrió incansablemente Europa
en su diligencia, que era su lugar de pensamiento y de trabajo. |